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Ojos de cacao
Abre la nevera. No alcanza a verme con su mirada de cacao. No consigue leer la frase que me recubre: ¡Feliz cumpleaños, querida Raquel! La niña triste cierra la puerta, llora y grita: ¡No soy nada para nadie! ¡Nadie me quiere! ¿Será verdad que me recogieron de un vertedero? Trabajo del Taller de escritura de…